D- generaciones es un juego de palabras que hace referencia a las conversaciones de 3 mujeres de mediana edad que con sus peculiares puntos de vista y opiniones representan la generación a la cual pertenecen. Historias y anécdotas contadas en una tónica relajada y divertida dentro de la normalidad de un encuentro entre amigas.
Queremos ser parte de tus días, Tu escape cuando necesites salir del estrés, de lo cotidiano o hasta del silencio que te absorbe.
Porque somos mujeres y sabemos que a veces solo se necesita una buena charla una buena risa y una buena amiga a quien escuchar y te escuche con empatía.
Reír o llorar, pero siempre te escucharemos desde la empatía.
Una amiga jamás necesitará muchas explicaciones.
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Podrás enterarte de nuestro siguiente tema de conversación antes de cada grabación para que puedas opinar al respecto y podamos leer tus mensajes al aire.
Creemos comunidad
No estás sola y yo no me siento sola.
El acompañamiento de otra mujer debería estar en nuestra lista de necesidades vitales.
Siempre hay algo que decir
Expresiones de lo más profundo de mi ser…
Veronica C. En algún lugar de El Salvador
Si estás aquí, es porque en algún momento de tu vida has reído, has llorado y probablemente has pensado: «¡Qué pasa con las mujeres?!» …Y es que, seamos honestas, el amor, la vida y las relaciones pueden ser tan hermosas como complicadas, tan emocionantes como agotadoras. Noshan vendido la idea de los cuentos de hadas, pero la realidad es que nuestrashistorias suelen estar llenas de giros inesperados, finales abruptos y segundasoportunidades que nunca vimos venir.
Si bien este proyecto nació dirigido a mujeres de mediana edad, este podcast es un reflejo de todas las etapas que hemos atravesado: el enamoramiento, la pasión, las dudas, las decepciones, los «por qué a mí», los «nunca más», y los «qué bueno que pasó». Porque a esta altura de la vida, sabemos que la vida de las mujeres no siempre es color de rosa, pero también hemos aprendido que cada experiencia nos deja una lección invaluable y un abanico de recuerdos que enriquecen nuestras conversaciones y espacios juntas.Así que ponte cómoda, sírvete una copa de vino, un café, un té o un dulcito, y acompáñame en este viaje de historias reales.
Este espacio es una conversación entre amigas, un espacio donde nos reímos de nuestros propios tropiezos, lloramos de emoción, nos comparamos mentalmente con total libertad, empatizamos y aprendemos juntas. Aquí encontrarás relatos de amores increíbles, desamores que nos partieron el alma pero nos hicieron más fuertes, situaciones divertidas y tan absurdas que solo nos pueden pasar a nosotras y también testimonios de mujeres que encontraron la manera de salir adelante, con o sin pareja, pero siempre como solo una mujer lo puede hacer.
No estás sola, Nos tenemos las unas a las otras para seguir adelante, siempre con la cabeza en alto y el corazón dispuesto a seguir amando, a seguir viviendo, a seguir riendo, a seguir reflexionan, a seguir acompañándonos y a seguir atesorando cualquier espacio nuestro; como éste, tu nuevo espacio.
Siempre hay algo que decir
Las mentiras: esas pequeñas (o grandes) historias que todos hemos contado...
Veronica C. En algún lugar de El Salvador
Hoy me inspiro en uno de los episodios que mas éxito ha tenido hasta hoy entre nuestra audiencia: Las mentiras.
Y cuando anunciamos este episodio, simplemente se llenaron nuestras bandejas de mensajes; y es que, todos, absolutamente todos, hemos mentido alguna vez. Desde la clásica “ya voy saliendo” cuando ni siquiera te has bañado, hasta esas mentiras más elaboradas que, con el tiempo, se nos van de las manos. Mentir parece ser parte del paquete básico de ser humano, y aunque muchas veces lo hacemos por necesidad o por evitar conflictos, otras simplemente son… surrealistas.
Pero, ¿qué es lo que hace que una mentira sea tan poderosa o tan absurda? ¿Es el miedo a ser descubiertos? ¿La emoción de ser creídos? ¿O esa sensación casi adictiva de saber que, por un momento, creamos una realidad alterna?
Las mentiras piadosas: ¿daño mínimo o autoengaño?
“Le dije que me encantó el regalo… pero lo odié.” “Dije que no me molestaba, pero sí me partió el alma.” “Le aseguré que estaba bien, aunque me moría por dentro.”
Este tipo de mentiras, las llamadas piadosas, son las que más usamos en el día a día. Nos justificamos diciendo que no queremos herir a nadie, que preferimos evitar un conflicto o que simplemente no vale la pena decir “la verdad cruda”. Pero aquí viene la gran pregunta: ¿realmente estamos ayudando a alguien cuando ocultamos lo que sentimos o pensamos? ¿O solo estamos posponiendo un problema?
Mentir para no incomodar al otro puede ser, en muchos casos, una forma de traicionarnos a nosotros mismos. ¿Cuántas veces has dicho “sí” cuando querías decir “no”? ¿Cuántas veces fingiste estar bien solo para no ser una carga?
Las mentiras que duelen… y las que dan risa
En nuestro podcast hemos escuchado de todo: desde personas a las que les dijeron que el conejo de Pascua era real hasta otras a las que les prometieron “te juro que no tengo a nadie más” cuando ya había boda en camino. Las mentiras tienen ese poder de movernos desde la carcajada hasta el dolor más profundo. Y lo más curioso es que muchas veces no se trata de lo que nos dicen, sino de lo que elegimos creer.
Hay mentiras tan absurdas que se vuelven memorables. Esas que, con el tiempo, terminan siendo anécdotas para contar entre amigos. Como cuando alguien finge saber bailar salsa y termina haciendo una mezcla entre zumba y tai chi. O esa vez que fingiste hablar francés y alguien te respondió… en francés.
¿Por qué mentimos?
Porque queremos encajar. Porque nos da miedo ser rechazados. Porque creemos que la verdad no será suficiente. La mayoría de las mentiras no nacen del mal, sino de la inseguridad. Nos contamos historias a nosotros mismos para protegernos. Y muchas veces terminamos creyéndonos nuestras propias mentiras. Esa es la parte más peligrosa.
Mentir puede ser una forma de defensa, sí. Pero también puede convertirse en una prisión. Cuando construyes tu vida sobre mentiras, tienes que estar constantemente recordando lo que dijiste, a quién se lo dijiste, y cómo lo dijiste. Y créeme: eso agota más que ser honesto.
El arte de decir la verdad (aunque incomode)
No se trata de ser brutalmente honestos ni de herir con palabras. Se trata de encontrar la forma de ser sinceros sin dejar de ser empáticos. De decir “no me gusta”, “esto me molesta” o “esto no soy yo” sin miedo al rechazo.
Decir la verdad requiere coraje. Y también práctica. Pero, cuando lo logras, te liberas. Te quitas el peso de fingir, de recordar versiones, de mantener apariencias. Ser auténtico puede ser incómodo al principio, pero es la base de las relaciones verdaderas.
Por ahora, les saludo desde este lado de la pantalla, y espero siempre sus comentarios. Háganme saber quien me lee y demos visibilidad a esta sub comunidad lectora de D-generaciones.
Siempre hay algo que decir
Amistad entre mujeres Acá entre nos: Es un lazo que ni el tiempo ni los ex pueden romper.
Veronica C. En algún lugar de El Salvador
Hay amistades que llegan en la infancia, otras en la mediana edad, algunas en los momentos más caóticos de la vida… y hay otras que aparecen como un regalo inesperado cuando ya pensabas que era demasiado tarde para hacer amigas nuevas. La amistad entre mujeres tiene algo de mágico, de intuitivo, de poderoso. No es solo compartir secretos: es compartir la vida con alguien que te ve, te entiende y te levanta (aunque estés despeinada, llorando o comiéndote medio pastel sola).
En D-generaciones, cuando grabamos el primer episodio, no solo fue una charla entre tres mujeres de distintas edades. Fue una declaración de amor a la amistad femenina. A esa conexión que no entiende de generaciones ni distancias, que se ríe de las diferencias y se abraza en las coincidencias.
¿Por qué la amistad entre mujeres es tan única?
Porque entre nosotras no hace falta dar tantas explicaciones. A veces basta con una mirada, un meme, un audio de 8 minutos (sí, sabemos que son largos, pero NECESARIOS) para saber que la otra está ahí. Y eso, en un mundo que muchas veces nos empuja a competir, es revolucionario.
Las amigas son ese grupo de apoyo que no cobra, pero que debería. Están para decirte “ya te lo había dicho”, pero también para ayudarte a llorar en silencio y luego sacarte a bailar. Son las que te avisan que el rímel se te corrió, que ese tipo no te conviene, que tienes un brillo en el diente… o que eres una «cachimbona» aunque tú no lo veas.
De amigas a hermanas
A lo largo de los años, algunas amigas se vuelven familia. Están en las bodas, los partos, las rupturas, las mudanzas y las depresiones existenciales de los domingos. Te conocen con filtros y sin filtros. Te han visto con resaca, despeinada, empoderada, enamorada y derrotada… y te quieren igual.
Una verdadera amiga no es la que está solo en los brindis. Es la que se queda contigo cuando nadie más sabe qué decir. La que te manda memes cuando no puedes dormir. La que se lanza contigo a una locura o te frena cuando vas directo al precipicio.
Las amistades que duelen
Pero también es cierto que no todas las amistades duran para siempre. Algunas se enfrían, otras se rompen. Y eso duele más que terminar con una pareja. Porque perder a una amiga puede sentirse como perder una parte de ti. Porque fue ella la que sabía TODO, incluso lo que tú intentabas esconderte.
Y aún así, hay amistades que, aunque se alejen, dejaron huellas. Y eso también se honra.
Hacerse amiga después de los 30,40, o los 50
Una creería que hacer amigas nuevas después de cierta edad es difícil. Pero la verdad es que, cuando te permites ser tú misma, cuando ya no tienes que aparentar nada, las amistades que llegan son más honestas, más maduras y, muchas veces, más necesarias.
Y es que la vida sigue poniéndonos frente a mujeres increíbles, si tenemos el corazón abierto y el ego tranquilo. A veces es una vecina, una colega, la mamá del amiguito de tu hijo, una compañera de yoga o… dos desconocidas con las que decides hacer un podcast.
Celebremos hacer comunidad:
La amistad entre mujeres no se basa en likes ni en estar todos los días en contacto. Se basa en saber que estás ahí. En saber que cuando suena el teléfono o aparece el mensaje de “¿tienes un ratito?”, al otro lado hay alguien que va a escucharte sin juicio y con el corazón.
Así que esta entrada es un homenaje a ti, a tus amigas de toda la vida, a las que acaban de llegar y a las que te cambiaron la vida sin saberlo.
Porque entre nosotras, todo es más llevadero. Más sabio. Más divertido.
¿Y tú? ¿Cuál ha sido la amistad más importante de tu vida? ¿Eres de las que aún manda cartas, de las que hace videollamadas eternas o de las que guarda memes como muestras de amor? Cuéntanos en los comentarios o mándanos tu historia para compartirla en próximos episodios.
Episodio 1: La amistad entre mujeres
Una probadita de cómo nos divertimos en el primer episodio